Escalada para conectar.
Este proyecto trata de comprender las posibilidades de la escalada deportiva como espacio de encuentro formativo entre personas con malestar psíquico y estudiantes universitarios, a lo largo de un proyecto desarrollado a través del método de Aprendizaje-Servicio (ApS). Partiendo de una metodología cualitativa de investigación basada en el estudio de casos, en el que se otorga voz a todos los participantes, este trabajo se centra en analizar el potencial de la escalada y profundizar en el impacto del ApS, valorando sus posibilidades para la creación de comunidades de práctica inclusivas. Los resultados nos muestran la necesidad de plantear proyectos comunitarios como prioridad en el trabajo con colectivos vulnerados (en este caso salud mental) y reconocer el derecho a la participación social en prácticas de actividad física como acto de justicia social. En este sentido, la escalada se ha convertido en un espacio compartido y valioso, que ha generado seguridad emocional y sentido de pertenencia. Las necesidades colectivas emergen a través de procesos reflexivos, que han contribuido a la comprensión de los proyectos de ApS como experiencia comunitaria de práctica, aprendizaje y afecto, en el que los roles entre personas se funden y se confunden.