En España el número de suicidios en 2022 fue de 4.097 según el INE, un 2.3% superior con respecto al año anterior. De ellas 84 eran menores de 20 años, cuando en 2021 habían sido 75. Y entre 2020 y 2022 se han registrado 1.949 intentos de quitarse la vida en adolescentes. Y el suicidio ya es la principal causa de muerte entre los 15 y los 29 años.
El incremento de la conducta suicida tras la pandemia, según el “Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022)” de la Fundación ANAR, revela que el número de casos con conducta suicida ha experimentado un acentuado crecimiento en el periodo 2012-2022 (1.921,3%), destacando el incremento producido en el periodo post-COVID-19, entre 2020 y 2022 (128%).
España no tiene todavía un plan de prevención del suicidio, algo con lo que sí cuentan países como Alemania, Suiza o Austria, entre otros, y es por ello que colectivos y profesionales de la prevención del suicidio impulsan un manifiesto para exigir al Estado la creación de una estrategia nacional que reduzca la incidencia de lo que ya es la primera causa externa de mortalidad en España y uno de los problemas sociales más importantes en la actualidad.
El consejo más contundente según los médicos es hablar del suicidio para reducir los casos, ya que visibilizar el suicidio hace que no siga siendo un tabú y que se rompa con el estigma y la vergüenza para que llegue el mensaje a todas las esferas de la sociedad y poder expresar con naturalidad las ideas suicidas y evitar de este modo el riesgo real. La tasa de pensamientos suicidas en la población general es del 4% mientras que la tasa de pensamientos suicidas entre los médicos es más alta en torno a un 7.2% de la población general.